febrero 21, 2012

Sujeto uno y sujeto dos.


Mira que tú no tienes la culpa, hombre. Un pie resbala, pero no es nada. No es nada, hombre, las cosas pasaron como pasa todo en esta existencia desaforada que nos empeñamos en llamar vida. ¿Cómo ibas a saber que ella, que ellos, iban en la ambulancia? Vértigo, como siempre. Siempre llevaste el celular, que se haya descargado fue un suceso desafortunado; los hilos se rompen y no por eso quiere decir que la telaraña esté en contra de la araña. Tampoco te buscaron, o tal vez sí lo hicieron, ¿qué importancia tiene eso ahora? Vértigo, de nuevo. De nuevo el ruido te está molestando. Sirenas. ¿Sirenas, verdad? Sólo te estás torturando, cabrón. Te volaste el alto, ¿y? Todos en algún momento se han volado uno. Aquí arriba se siente más fría la noche. La noche había llegado, después de esos meses de espera. Pero, ¿cómo ibas a saber que ya no estaban en la casa, que se dirigían ya al hospital? Gritos, gritos por todos lados. Por todos lados te dijeron que era tu culpa, pero tú sabes que el día había sido difícil, que sólo querías llegar, descansar, verla de nuevo, con esa panza creciente. Más gente se acerca por la calle. La calle parecía despejada, ¿recuerdas? Sí, tú no sabías que la ambulancia se acercaba, no hubieras podido saberlo cuando te volaste el alto. Habías puesto jazz, el jazz siempre te relaja, y el día había sido difícil. La ambulancia. La ambulancia viniendo a toda velocidad, el jazz deteniéndose de repente, los vidrios volando, el choque y todo lo que vino después. ¡No fue tu culpa, grábatelo! Un salto, gritos, aire, un choque. Un choque, eso fue, nada más. ¡No te tortures, cabrón, no fue tu culpa! Ella estaba en la ambulancia, pero podría no haber estado, podría no haber habido ambulancia siquiera. Pérdida total pero, ¡coño, estabas vivo! Ella ya no, pero no fue tu puta culpa, no lo fue. Tú no los querías matar, ni siquiera estabas pedo. ¡Eran tu vida y lo sabes! Pero no sabías que esa era la ambulancia. ¿Cómo podías haberlo sabido? ¡¿Cómo?! ¡¿Qué haces, carajo?! ¡No fue tu pinche culpa! Todo esto es inútil, ¿sabes?, morir. Todo el tiempo estamos muriendo, sólo lo estás adelantando. Agua entrando por los oídos. Silencio.

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